Plegarias del Rabí Natán antes de hacer Salmos:

Señor del Universo otórgame el mérito de recitar salmos todos los días, con gran concentración y de todo corazón, pueda unir mi mente, mis pensamientos y mi corazón a las sagradas palabras de los salmos, hasta acceder a la Inspiración Divina, que el Rey David, de bendita memoria, invistió en sus palabras- hasta que las palabras de los salmos que recite sean consideradas arriba como si el mismo rey David las hubiese expresado.

Pueda encontrarme a mi mismo, todos los días en las palabras de los salmos; y en cada momento en los versículos que estoy contemplando, de modo que a través del recitado de salmos, retorne en perfecto arrepentimiento, como tu nos has revelado a través de tus tzadikim. Que recitar salmos tiene un tremendo poder para llevarnos al arrepentimiento.

Ten piedad de mí, ¡Misericordioso! Otórgarme vida, susténtame y dame el mérito, al menos desde ahora en adelante, de retornara a tí en verdad. Restaura mi alma con toda clase de delicias espirituales que restablecen el ama sagrada.

Ten piedad del difuso estado de mi alma, de la amargura de mi espíritu, de la debilidad en mi mente, de mi profunda confusión.

Ten compasión y haz descender tu misericordia sobre mí , Pues ¿Qué ganancia hay en mi sangre, en mi descenso a la destrucción?. ¿Qué podría ganarse si tu afligieras a tus hijos con castigos severos y amargos?, ¿Qué podría ganarse si tu menospreciaras y denigraras mi alma? De seguro que tu deseas mi rectificación; de seguro tu y tus tzadikim, quienes se dedican a nuestra restauración espiritual, desean beneficiarme con todas las cosas buenas en todos los mundos, junto a todos los temerosos de Dios y rectos de corazón que buscan andar en tus caminos. ¿Por qué me has abandonado y rechazado  dejándome durante tanto tiempo en lugares tales como estos, que están tan lejos de tí?

Y si en verdad, en el mundo no hay excusas para mi estado espiritual, aún tu puedes contemplarme con favor y despertar tu verdadera compasión hacía mí. Acércame a tí, de ahora en adelante e instrúyeme en tu verdad, a cada momento y en cada hora, para que pueda retornar a tí, de ahora y para siempre. Hasta que pueda yo genuinamente merecer el mundo por venir  y quede incluido junto a los verdaderos tzadikim que heredan 310 mundos como está escrito. “Yo tengo algo para entregarles a aquellos que me aman y sus graneros llenaré”

Y si me encuentro muy lejos incluso de uno de tales mundos, tan alejado como en verdad estoy – pese a todo ello. ¡Nada es demasiado maravilloso para tí!